“Eres sangre tibia y yo, me siento vivo. Oh oh oh oh oh.” Fobia
El fin de año marcó un viaje importante para aquello que en mi familia en un momento se volverán recuerdos y momentos invaluables.
En El Salvador y por causas de la guerra, familias agricultoras de mi generación y esa que le precedía, tuvieron que hacerse a una vida en la ciudad. Mi hermano aún vivió sus primeros años en la finca. Yo, por el contrario, nací y viví en ciudades, sin embargo mis vacaciones las marcaba el viento y los grillos de la finca. Recordándonos qué al fin y al cabo, siempre tenemos raíces aunque nos hayan crecido alas. En el concreto jamás podría haberse ideado y construido el cementerio a cielo abierto más grande para GI Joe’s cómo el que hice para los figurines de mi hermano.
Llevar de vuelta a mi familia desde Francia, a la finca, siempre es un momento lleno de dicha, alegría y emoción. Sobretodo teniendo en cuenta, que mi hija puede ya empezar a atesorar momentos en su mente, y qué puede además, ser parte de la aventura que para la finca hemos emprendido.

Cómo en otro momento lo comenté en este blog, desde hace un par de años y a distancia, empecé a encargarme de las fincas familiares: El Beneficio de la Duda. La aventura que inició con un Vasco francés y qué poco a poco va diseñando ese camino que imaginamos. Su diversificación, de café y solo café, a mieles mono florales y mono estaciónales, y a todo lo que se nos pueda ocurrir y un día vendrá.
Lo mío es el café. Creo que todos lo saben. Cuándo escribía para algunos periódicos en El Salvador sobre algo diferente al café, se extrañaban y me preguntaban porqué no había escrito sobre el café. Iniciar otro proyecto, sobre el cual desconozco técnica y teóricamente su funcionamiento, ha sido la consumación de nuestro matrimonio con mi esposa, en la finca. Lo suyo es la miel. La miel le apasiona como a mí el café cuando aprendí a catarlo. Tuvimos nuestra segunda extracción de miel (gracias chicas, cómo ella llama a las abejas) queriendo traer un nuevo concepto al país, las mieles especiales (qué distan de ser las del poder). No existe una mejor miel que otra, mientras sea pura, existen mieles distintas según las flores de las cuáles son extraídas. El trabajo qué hemos hecho consiste a separarlas para con toda su trazabilidad, traer aquello que cómo bien me lo dijo un amigo: no solo es miel y ya. Pueden existir diferentes tipos de mieles, con diferentes perfiles organolépticos. La mejor sin duda, será la que cada quién descubra agrada más a su paladar.

Mi hija por su parte, cuenta con la dicha de haber podido conocer el café, la extracción de miel y también de haber podido sembrar su árbol, una maravillosa Ceiba a la cual llamó “Salomé-Margoth”. Sin estar presente, su mejor amiga Margoth, al final lo estuvo. En Francia tiene un Aceituno y en El Salvador una Ceiba. Europea y Latina sus raíces, cómo ella misma. Le preguntarán en Francia: cómo es el café ? Pues es una cereza muy dulce….

El café es una cereza, sí, pero tuvo la enorme fortuna por la gentileza de unos amigos de recibirnos, de poder visitar una finca de cacao, así cuándo le pregunten en Francia cómo es el cacao, podrá decir qué muy similar a una anona 😉

Gracias al paisito, por permitirme cada vez que disfruto de estar sobre su terruño, recargar baterías. Gracias a la finca por siempre estar ahí, aunque pasemos, ella seguirá ahí y nosotros cuidándola, por todo lo que nos ha dado y permitido vivir. Gracias a Herbert y Verónica, por habernos permitido visitar sus lindas fincas (bosques) de cacao.
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