Jetlag

Bretoncita. Quién más que yo para darte esos diminutivos. Quién más que vos para apreciarlos.

Mi corazón es pequeño, y eso que lo ha nutrido el mundo entero. Tu corazón es tan grande, que podría nutrir al mundo entero.

Amar y vivir una vida en el amor, requiere mucho más que de simple amor. Centramos tanto en esta palabra, descentralizando lo más importante: con quién te embarcas en esta locura de vivir una sola vida, que no es más que una, a dos.

Tuve suerte de encontrarte. Quizá sea el destino. O quizá sea la metempsicosis, y si en otra vida llegases a reencarnar en una mariposa, sería yo seguramente el perro que te corre detrás maravillado.

Tuve suerte también, porque aceptaste un latino de la corriente Borgeana más que de alguna rumbera. Cualquiera hubiese podido considerarse estafada.

Aunque no sea capaz de hacer un acorde de guitarra, siempre intentaré modelar tu alma con palabras. No para enmarcarla ni enquistarla, sino para intentar que veas desde mis ojos, la belleza que admiro día con día. Belleza tan dulce e inocente, cómo la imaginación de nuestra hija.

Emmanuelle ma belle, sont des mots qui vont très bien ensemble, très bien ensemble… avec moi.